¿Cómo se hace un artista?

Sábado, 11 de octubre 1941...

Nace quien daría vida y voz a la mujer purepecha desde su cotidianidad. Nace el puente entre los conceptos de Fracisco Zúñiga y Alfredo Zalce. Nace Francisco Ramírez Domínguez, ferbiente ser humano con una inspiración de entre eso que nadie ve y todos vemos día con día, logrando traer desde sus adentros las figuras que por la ciudad de Morelia, llevan decadas hablando la historia que desde antes las cubría, en la mente de este escultor.

Morelia Michoacán de 1941; en el barrio de carrillo y en un hogar de una familia proveniente de Guanajuato, procrean a seis hijos, de los cuales Francisco es el segundo en nacer.

Al nacer y ver la luz bajo una galera de elaboración de teja y tabique, desarrolla su niñez laborando al lado de su padre. Es ahí donde tiene el primer contacto con el material que marcaría su vida: el barro.

Durante su juventud entabla amistad con el Mto. Nicolás de la Torre Calderón, quien lo impulsa a realizar estudios de dibujo y pintura en el instituto Michoacano de arte popular en el barrio de las capuchinas, donde en el año 1959 inicia y obtiene su diploma en 1965.

En sus posteriores años imparte clases en el instituto Michoacano de la juventud sin dejar la continua búsqueda de apredizaje, siendo en esta etapa de su vida que conoce al Mto. J. Santos Martínez, quien recién llegaba de Europa trayendo la técnica de fundición de escultura a la cera perdida, instalando su taller en la colonia Vasco de Quiroga y a donde ingresa interrumpiendo momentáneamente a Francisco en su labor dentro de la pintura, siendo pues este, quien lo introduciría al mundo de la escultura y la fundición, transmitiéndole sus conocimientos para poder ejercer el trabajo como fundidor.

Es aquí donde el trabajo constante dentro de la fundición que conoce a maestros de la escultura como Francisco Zúñiga, Enrique Alférez, Alfredo Zalce, Jesus Escalera, Antonio Castellanos, por mencionar algunos de los cuáles y de manera directa al tener contacto con su obra, lleva un aprendizaje indirecto dentro de la escultura, sien así como nace Francisco Ramírez.

  De tales conocimientos dentro de la escultura y la fundición profesional, surgen obras propias monumentales como: 

Fundición de gran formato de maestros escultores

Francisco Ramírez, Alfredo Zalce y David Ramírez. Mural para el Congreso del Estado de Michoacán.

A lo largo de este tiempo, Francisco Ramírez es reconocido por diferentes instituciones académicas y gubernamentales como el IPN, el SMRTV, STIRT, H. Ayuntamiento de Tacámbaro, Instituto Michoacano de la Mujer; La universidad CNCI, la Asociación vivir con una sonrisa, Gobierno y H. Ayuntamiento de Morelia Michoacán, H. Ayuntamiento de Guadalajara, FERTIQUIM, Secretaría de educación en el Estado de Michoacán, el Museo Regional Michoacano A.C, el Instituto Michoacano de Cultura, Congreso del Estado de Durango, ISSSTE, el IVAZA, la Facultad de Medicina de la UMSNH, el Instituto Federal de capacitación del Magisterio, el Instituto Michoacano de Arte popular, y el club Rotario de Morelia Michoacán.

Francisco Ramírez y Alfredo Zalce en el término de la escultura "La Danza".

Del Crisol nace un artista...

La fundición dejó de ser un oficio en las manos de Francisco Ramírez Domínguez; el proceso de 32 pasos nutre la creatividad del espirítu, así el más errante, el más libre, se vuelve preso del calor y del llamado del alma.

Son muchos sueños en la memoria rústica, sencilla de quien poco sabia de arte y arriesgaba todo en el crisol, por amistad o por desempeñarse en un oficio. -Pancho, como lo llamaba Santos Sanchez, llegó a crear el taller de fundición artística - del afamado entonces, pintor y escultor, que regresaba de Europa a Morelia para integrar un equipo que pudiera fundir y comprometerse con lo que seria el inicio de toda una cultura en la fundición artística.

Santos Sanchez más que compañero de trabajo, amigo, reconoce en Francisco el talento innato para entender este arte. Francisco se dedica, se inspira pero no se detiene a pensarse como tal. Fué más tarde, después de algunos años en el quehacer de la práctica, de la destreza donde comienza a crear.

La Esmeralda, San Carlos y Bellas Artes arriban a las puertas de la fundición. Fué un Zúñiga, un Zalce, Felguerez, de la Torre, Revueltas, Alférez, Celis, muchos más de los que pueda recordar Francisco.

Francisco se emociona en cada trabajo, -fué un camino largo, a veces sin descansos, porque los trabajos debían entregarse sin demora, las exposiciones, los viajes, los contratos, no esperan, y el taller cada vez más comprometido.

Obras monumentales, más de 50 personas a la voz del que domina el crisol, del que se pule en la forma, obras y más obras que concluyeron exitosamente y que se extendían en las principales ciudades del Estado, y con el tiempo en otros Estados. Entre el trabajo y el oficio, en el reto de cada día su compadre Eugenio Altamirano, fue empujando al Pancho escultor. Altamirano como pintor exigía a Pancho que terminara las esculturas, así las mujeres purepechas, cuerpos sentados, parados, mujeres en lactancia, dando vida, peinando sus cabellos, cuidando a sus pequeños, en el ocio, en la faena, todo el quehacer de un pueblo sería captado en bronce por las manos maestras de Francisco.

Ya pasaron más de 45 exposiciones en estos 25 años de escultor y en estos 40 años de fundición artística.



Su formación empírica crea sus formas, son expresión de su sentir, por eso el jubilo en cada obra. Cada proceso tiene su ciencia y un escultor puede identificarse con cualquier material, pero me atrevo a decir que para Francisco, la fundición artística a la cera perdida es lo suyo.

Así lo afirma -"No hay nada que iguale al bronce en su nobleza, las formas monumentales deben ser para siempre".


"Soy un escultor completo. Mi esencia es el crisol y nazco en el modelado. 

En las formas está mi diálogo".

  Francisco Ramírez.






Un viaje en el tiempo...

En una recopilación de los medios periodísticos en el auge de Francisco Ramírez, te compartimos los momentos en que además de ser contada esta historia, se cuenta lo que pasaba por aquellos años.